Al hablar de enfermedades mentales estamos aún; en pleno siglo XXI; condicionados a la terrible imagen de una persona fuera de sí, incapaz de valerse por su propia cuenta y mucho menos ser un miembro productivo de la sociedad o hasta llegamos al punto de imaginar a un ser humano peligroso en actitud amenazante. Por lo que se hace primordial, en la actualidad, al hablar de enfermedades mentales liberarnos del tabú que encadena a una persona con un trastorno mental a la vergüenza, a la posesión demoniaca, a la debilidad mental o a la manipulación de aquellos que no quieren actuar como todos los demás en la sociedad.
Por estos motivos desmitificar las creencias que sin fundamentos científicos estigmatizan a las personas con enfermedades mentales, nos permite ayudar a cada vez más personas que pasan por difíciles circunstancias de salud mental.
Entre los Mitos más comunes encontramos los siguiente:
1. Las enfermedades mentales no son realmente enfermedades.
Una gran parte del común de las personas suele pensar que los trastornos mentales no son enfermedades realmente. Los trastornos mentales son muy reales y producen dificultades en la calidad de vida de la persona que los padece, no se curan solas, son patologías de salud como cualquier otra, con estudios científicos y tratamientos efectivos demostrados. Cuando una persona se fractura una pierna, no esperamos que se cure sola, nadie lo culparía si necesitase un yeso o algún otro elemento que le ayude en su vida diaria mientras se recupera, de esa misma forma pasa con las enfermedades mentales.
2. Las enfermedades mentales solo son una excusa del mal comportamiento.
Es normal que las personas con trastornos mentales puedan comportarse de manera inesperada o extraña, sin embargo, debemos tener presente que es el trastorno, y no la persona que está detrás de esa conducta. Nadie decide padecer una enfermedad mental. Las personas que experimentan cambios de conducta por un trastorno mental pueden llegar a sentirse muy avergonzadas y apenadas con los demás debido a estas conductas, que muchas veces suelen ser involuntarias. Por otra parte, las personas con trastornos mentales son como cualquier otra, pueden tomar malas decisiones o hacer algo indebido como aquellos que no padecen ningún trastorno.
3. Las enfermedades mentales son causadas por la mala crianza de los padres.
Los trastornos mentales no dependen de un factor como la crianza, son condiciones complicadas que resultan de la combinación de diversos factores como lo genético, biológico, ambiental, y experiencias.
4. La gente nunca se recupera de las enfermedades mentales
Las personas si se pueden recuperar de una enfermedad mental. En la actualidad hay diversos tratamientos, servicios, y grupos de apoyo que pueden hacer la diferencia. Nadie puede sentirse mal para siempre. El hecho es, que las personas que experimentan enfermedades mentales pueden llegar a ser productivas, tener compromisos en la vida. Ellos trabajan, son voluntarios, o contribuyen con sus habilidades únicas en sus comunidades. Aun cuando las personas experimentan estas enfermedades por un largo tiempo, pueden aprender a manejar sus síntomas para poder concentrarse en sus metas. Si alguien continúa experimentando muchos problemas puede que necesiten otro tipo de ayuda o tratamiento.
5. Las personas con enfermedades mentales son débiles y no pueden manejar el estrés.
El estrés produce un impacto en el bienestar de todas las personas; sin embargo, contrariamente a lo que creemos, aquellos que padecen un trastorno mental pueden llegar a manejar mejor el estrés que aquel sector de la población que nunca haya experimentado estas enfermedades.
Muchas de estas personas que padecen alguna enfermedad mental, ha adquirido habilidades para no dejarse vencer por el estrés y solucionar los problemas que los aqueja. Por lo que pueden manejar el estrés antes que este afecte sus vidas
Conclusión
Las enfermedades mentales son más frecuentes de lo que el común de la gente piensa, están presentes en el día a día de muchas personas que ya sea por desconocimiento o por vergüenza se privan de una calidad óptima de vida, por el simple motivo de creer en falsas afirmaciones sin bases sólidas, privándose de un tratamiento adecuado para su trastorno mental.
Para sanar como sociedad en necesario dar el primer paso, aceptar que estamos atravesando por un trastorno, pedir ayuda y recibir el tratamiento idóneo. No hay por qué despedirse de una vida plena y feliz. Las enfermedades mentales son tratables y en Nuevo Ser, contamos con personal altamente capacitado para casos como estos.